Malas fechas para viajar físicamente; muy buenas, sin embargo, para los traslados mentales.
Tras entender mi secretario primero, Rogelio el invidente a tiempo parcial, que era él uno más de mis personajes, tras entenderlo o darme esa razón que se suele conceder a los locos de remate o simplemente aceptar su limitación visual tan inverosímil como hija de mal padre, retiró su candidatura a jefe de este blog o juego de la edad tardía, como diría Luis Landero, o girasol ciego, como diría el difunto Alberto Méndez. Retiró mi querido Rogelio su candidatura y entonces yo, apenado al ver en su rostro la misma tristeza que embarga a la Rachael de Blade Runner cuando advierte que no es lo que cree ser, retiré la mía. Pero entonces intervinieron Blanca la de los idilios, Irina la políglota ucraniana y Teófilo Marqués el narigudo y me hicieron entrar en razón: si yo quería jugar tardíamente o ser girasol ciego, allá yo y mis decisiones; ni ellas ni él se prestarían nunca a ser algo más que simples cómplices del creador de este nido electrónico.
Pero algo quedó de esa pretendida búsqueda de mis personajes del ayer (666 en concreto) después de no aparecer ni ellos ni ellas por nuestro hogar físico para decidir con su voto quién debía ser el nuevo gobernador de este hogar espiritual. Algo quedó flotando en el ambiente y al fin propuso Rogelio: «Háblanos someramente de ellos y de ellas, jefe, háblanos de cómo los hallaste, de sus vidas reales y de sus vidas empapeladas».
«¿Publicidad encubierta de mis libros?».
«No, no, nada de encubierta: pura y dura».
«¿No os aburriré?».
«Tú cuenta y que salga el sol por donde quiera. Mientras no nos falte el coñac Napoleón…».
«¿Por dónde empiezo?».
«Eso ni se pregunta: por el final».
«Por el final… Bueno, a ver, veamos… Relatos de carne y hueso es un conjunto de narraciones cortas que una avezada lectora, recluida en su hogar, compendió, según sus preferencias, durante su confinamiento tras releer mis seis libros de historias breves».
«¿Debo entender que no hay personajes nuevos?».
«Debes».
Me gusta, sobre todo Irina. Y me gustaba más el morado. Igual me gusta. Abrazo.
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La bella Irina… Gracias, Diana.
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Bueno, qué te puedo decir? Pues eso, que me ha encantado . Sigue escribiendo tan bonito, pero a mi Rogelio ni me lo toques, eh?
Muchos besitos.
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Descuida, lo trataré como a un hijo. Besitos nuestros.
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Gracia solete🎇. Más besitos 💋van volando 🛩 para el norte won
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A mi también me gusta mucho Irina. No está interesada en ninguna candidatura?
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Recórcholis con Irina, qué exito el suyo.
Gracias por tu atención, Mel.
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En principio tendría su lógica que me decantara también por la candidatura de Irina, experta en lenguas y ucraniana se me vienen a la imaginación volúmenes de toda magnitud, pero donde esté el osado desparpajo de Rogelio… Jefe tan lenguaraz convertiría muy pronto a este «nido electrónico» en hervidero de «Me gusta», comentarios, «reblogueos» y comparticiones de todo jaez. Pero me temo que es necesaria la carne y el hueso para esos menesteres.
Me gusta venir a leerte, maese Ortiz.
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Muy bueno, maese Pedro, muy bueno. Salud y suerte y, de momento, ¡cuerpo a tierra!, que este nuevo virus tira con posta y nos pilló con el culo al aire (como no podía ser de otro modo).
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